Yo no sé si eso es posible, y aunque me lo he preguntado muchas veces, a mí no me ha ocurrido nunca. Solamente he estado en silencio, y mi mente también, pero no creo que eso sea perder los sueños.
Me he sentido triturada y triste, esperanzada y recogiendo la paciencia por pedazitos, y algunas veces ni sé como me he sentido.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEii2i4Ql05m-jiVVzZNwQYWhH2B_Hut209x6UMZ5jZhDExxLongwZNYmT17iUyAB1oDuWDwWC_E9BWTsG1tlvVK4dCJs2n8rN_qQIYPc5YhfANL63YKt2N0fkGt2NYwpxSZMbAy/s200/keepdream.gif)
Es como dejarse caer.
Pero los sueños, no.. esos no se acaban.. o sí?
Yo, sueño siempre. Tengo anhelos. Metas.
Cómo seguir creyendo?
No quiero que mis palabras pierdan el peso que tienen a través del tiempo.
Quiero que perduren, que tengan sentimiento mucho después de que mi voz se pierda.
Quiero que mis pasos creen senderos, que mis errores queden marcados tanto o más que mis aciertos, que la vida sea justa.
Pero cada persona que quiere una vida justa, tiende a decepcionarse.
La vida al parecer no lo es.
No todos obtienen lo que merecen, y ciertamente, hay muchos que tienen y no merecen nada de los que les ha tocado en la vida.
La justicia, al parecer, vuelve a ser un sueño. Una utopía.
Hay que tener paciencia en la vida, para secarse las lágrimas cada vez que estas afloran, para callar lo que muchas veces queremos gritar, para quemar pedazito por pedazito aquellas palabras congeladas que nos hacen daño.
Hay que tener agallas para todo aquello.
Pero es un sueño.
Y está en nosotros, trabajar por que los sueños se hagan realidades.
Y porque estos, nunca dejen de aparecer en nuestras vidas.
Por que un hombre que no sueña, ha perdido las ganas de vivir.
Ha perdido todo objetivo y ciertamente, ha perdido gran parte de su vida intentando crear realidades en las que no cree, ni tampoco se cuestiona.
Se transforma en un robot.
No conoce el sabor de un beso, ni el calor de un abrazo.
No sueña.
Y pierde, poquito a poco, el regalo con más valor que alguien puede recibir; la vida.