viernes, febrero 23, 2007
Posteado por Libelula a las 3:32 p. m.


Apagué la luz y ahí comenzó todo.
Lo que para mí empezaba como una noche más se convirtió en una batalla difícil de ganar.
Me encontraba en guerra con un zancudo, para ser más exacta con una zancuda.
Su maldito dzzzzzzz no me dejaba dormir, y aunque así lo hiciese, no quería ser comida para ella esta noche.

Comencé con mis tácticas:

Ataque Subterraneo: Taparse entero, intentar no morir asfixiado por la acumulación de dióxido de carbono bajo la sábana y dormir así.

Carnada Humana: Destaparse, de preferencia de un golpe para que el dióxido de carbono salga en una sola oleada, y esperar el momento oportuno para tirar el golpe de la muerte y dormir tranquila.

Prender una luz alejada: Bien se sabe que a las zancudas le gusta la luz, con un poco de suerte, irá hasta el foco, y podré cerrar la puerta y dormir.

Prender la luz de la pieza: Si no pudimos con ninguna de esas tácticas, comienza la cacería de verdad. Armada de un cojín, zapato, pantufla, polera, diario o revista, localizar el objetivo enemigo y atacar. Varios Intentos para amateurs.

Insecticida:Luego de todas esas cosas, si nada resulta, la última opción debe ser el insectisida. Hay que recordar que por su toxicidad, es inconveniente ya que en el mismo lugar de la batalla donde será aplicado queremos caer en los brazos de Morfeo.

Rejilla Eléctrica:(Eficacia no comprobada) Una luz azúl o violeta, que atrae y electrocuta a los enemigos voladores. Al parecer, las zancudas que me visitan son ciegas, o no les gustan las discotecas, ya que ni miran la luz y solamente se encargan de molestarme.

Lanzallamas: Materiales: Encendedor, desodorante en aerosol o similar. (Nunca comprobado) Luego de localizada la enemiga, rociar desodorante y prender el encendedor. (Efecto lanzallamas altamente inseguro y peligroso, tenga un extintor a mano)(Sólo profesionales)

Hay que recordar que los zancudos no pican, son sólo las hembras para compensar la fabricación de sus huevos... Tienen un sensor químico que les permite saber donde hay dióxido de carbono y el ácido láctico (el primero se exhala con la respiración y el segundo en la transpiración) y como si eso no fuese suficiente, tienen un sensor térmico con el cual saben donde nos estamos escondiendo.

Su maldito dzzzzz terminó luego que un cojín chocara con una de sus alas, provocando la desestabilización de la aeronave enemiga, que luego chocó con una muralla de concreto a una velocidad mortal (para ella, claro).

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miércoles, febrero 21, 2007
Posteado por Libelula a las 12:27 a. m.


A veces uno se da cuenta de mil cosas.
Y es como cuando un vaso se da vuelta, no hay más remedio que secar si no queremos que se moje todo el resto.
Y el sabio dicho "no hay q llorar sobre la leche derramada" va a eso mismo.
Tal vez no se entiende nada. Pero yo me entiendo.
Y necesito desarmar este puzzle de mi cabeza.
A veces uno tararea canciones que odia.
Y se arrepiente de cosas sin importancia.
Y come cosas por comer.
Y dice cosas sin sentir.
O siente cosas que no dice.

Y es complicado. Por que más allá del hecho de exprimir el cerebro buscando explicaciones, uno intenta exprimir su corazón.
Pero en estos últimos (muchos) años me he dado cuenta que el corazón es como una fábula.
Hay que creer en él, ver cual es la enseñanza.. pero de ahí a que realmente haya ocurrido es distinto.
Y a veces creo que el concepto "corazón" es eso.
Cómo puede existir algo que se quiebra y luego vuelve a estar bien?
Cómo puede ser que "ojos que no ven, corazón que no siente"...si el corazón no tiene ojos?
Cómo puede ser que el corazón tenga todas las respuestas?
Cómo puede ser eso que dicen "escuchar el corazón"? Tiene boca?

A veces deseo detener todos los ruidos de mi cabeza, y encontrar bien el sonido de mi corazón, pero con lo único que me encuentro, es con unos latidos. Que de tanto ser mios, a veces me pregunto si son de alguien más. O si son una ilusión.

Y a veces, odio tener que cantar una canción que detesto. Y aprenderme la letra. Y cantarla incluso cuando se acaba. Y saber, que por sobretodas las cosas, no hay nada que hacer.

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