lunes, octubre 29, 2007
Posteado por Libelula a las 10:59 p. m.

"Tengo todo bajo control"
Y no sé como hay personas que aman tener todo bajo control, que su vida sea controlada como un vaso de leche, donde no se mueve ni un ave sin que lo sepan.
No sé porqué, pero resulta que yo no quiero tener algo bajo control.
Prefiero que la vida me sorprenda, me de una vuelta en el aire y me deje caer, que me deje ver cosas desde una perspectiva distinta de vez en cuando y me sorprenda con respuestas a preguntas que nunca hice.
Quiero sorprenderme cada día que veo a las personas que amo, cuando puedo abrazar a los amigos que adoro, cuando puedo darme cuenta que tengo otro día más para ser feliz.
No quiero algún día de mi vida dar algo por sentado, porque no tengo ni mi presente.
Quiero construir mi presente y futuro, pero lejos del control.
Quiero ser como un árbol, y crecer descontrolado tanto entre mis raíces, como en mis hojas, sin contar cada una de ellas como mía, sino sintiéndolas como parte de mí, sin importar su forma, número o estado.
Quiero sorprenderme.
Quiero vivir con el menor control posible.
Controlarse y reprimirse, son las cosas de las cuales más se arrepienten las personas en el momento "de".
Atreverse. Des-Controlarse.
Ser.
Vivir mi vida, no como un vaso de leche, sino como un océano con muchos, pero muchos peces que hacen que constantemente cambie la marea.
Y en este océano, una simple alga, no tiene poder sobre la marea.
Se deja llevar. Se sorprende.
Y vive, sin intentar controlar ni comprender el ambiente en donde vive.
Lo disfruta y lo deja ser. Más no puede hacer.
No tiene nada bajo control.
Y día tras día, se sorprende por lo que la vida generosamente le otorga.
 
miércoles, octubre 24, 2007
Posteado por Libelula a las 2:13 a. m.


Dicen que la primavera es tiempo para comenzar o recomenzar, en el caso necesario, desde cero.
Esta primavera me lo está indicando así por lo menos.
Aunque lejos de empezar de cero, comenzaré desde uno.
Suena raro, ya que todos empiezan desde cero.
Pero yo no. A diferencia de otros, prefiero empezar desde uno, conocer y reconocer mis errores, y con ellos partir hacia adelante.
Y empezar desde uno tiene otra connotación.. Empiezo desde mí, ahora ya no tengo miedo a las jaulas demasiado grandes o pequeñas, lo importante es que soy Yo, y no tengo miedo de empezar desde mí para los demás.
Bienvenido los cambios.
Ahora, mis pasos están primeros, junto con mis sueños y decisiones que tanto me cuesta tomar.
Desde ahora, soy el número uno.
Desde hoy, empiezo desde uno.
Desde cero, los demás sí es que eso es lo que quieren.
 
miércoles, octubre 17, 2007
Posteado por Libelula a las 9:23 p. m.

Algunas veces veo que comprendiendo los animales, podemos comprendernos a nosotros mismos.
Es extraño, pero como que siento que miles de animales formaron mis actitudes y forma de ser.
Soy observadora por naturaleza, me devoro los programas de animales, y uno de mis grandes sueños es dedicarme completamente a ellos.. y aunque estoy estudiando algo lejos de Veterinaria, en mi estudio también intento entender animales, los más feos y tontos de todos: Los humanos. A sí que tan lejos de lo que quiero, no estoy.
Los gatos, que animales más extraños. Todos los tildan de traicioneros y desleales, pero yo creo que más que eso, se dejan llevar por lo que realmente quieren.
No buscan ni cariño ni comida cuando no lo necesitan, duermen lo que quieren, y son libres de andar por donde desean.
Yo a veces soy algo así, aunque más que un gato, tal vez una leona.
Me gusta marcar bien mi territorio, a veces hago la misma pega de una leona; ir a cazar para que otros puedan comer, y realmente.. pero realmente, soy difícil de domesticar.
Y muchas veces, me enojo por mi naturaleza. No puedo creer que me cueste tanto adaptarme en un Zoológico que no respeta ni mis espacios ni lo que realmente soy.
Y sacar las garras dentro de una caja de concreto no me ayuda mucho. Me atonta y me adormece.
Y hay una leona por ahí queriendo explorar su naturaleza, correr, rascar su espalda contra árboles, cazar.. y dormir panza al sol.. pero no puede.
Y esta leona, tiene miedo de ser domesticada por una caja de concreto, en vez de ser domesticada por una mano cálida que quiera acariciarla de vez en cuando, alguien que le demuestre que sea la naturaleza que sea, es aceptada y querida como tal, simplemente por lo que es, y no por lo que otros pretenden que sea.
Tengo miedo de que esta leona se tenga que resignar, y seguir rugiendo a escondidas para no olvidar su propia voz, esconder sus dientes y uñas, y tener que jugar al gatito.
Eso no corresponde, pero tampoco corresponde tener que rogar, esconder lo que realmente se "es" para ser domesticada.
No quiero que me quieran por ser un gatito, sino por lo que realmente soy.
Si nadie lo hace por temor, de alguna manera u otra, deberé escapar de esa caja que tanto me ahoga, que me hace sentir un gatito, cuando realmente, soy otra cosa.
 
lunes, octubre 15, 2007
Posteado por Libelula a las 12:57 a. m.


Luego de hablar de arañas, recordé a las hormigas.
Tal vez ellas con su pequeño tamaño no debiesen pensar en construir cosas muy grandes, pero ahí es donde podemos ver lo evolucionadas que son en comparación a nosotros, "los humanos".
Una pequeña hormiga, tal como un pequeño grano de arena, no hace la diferencia.
Eso es lo que creen algunas personas.
Pero una hormiga, más otra.. más otra.. pueden lograr grandes cosas; construcciones, defender en lo que creen, transportar gran cantidad de cosas...
En la unión está la fuerza.
Y este día, yo me sumo. Soy una hormiga más en esta cadena que pretende cambiar algo.
Aporto con mi granito de arena, y aunque sabemos que un puente no puede caer por un granito, tal vez con muchos, sí haremos la diferencia, y romperemos el puente de la indiferencia.
La indiferencia, creernos dueños de la tierra, cuando ella es quien nos posee y nos abastece de vida.
A ver, si el "medio ambiente" que nos queda, es más fácil de cuidar que el ambiente completo que ya destruimos.
 
jueves, octubre 11, 2007
Posteado por Libelula a las 1:12 a. m.


Puedo ser como una araña.
Solitaria algunas veces, depredadora como otros, un pequeño animal como todos .
Puedo producir hermosa seda, que atrape mis sueños y no los deje ir, a ver si con esta ventaja los puedo alcanzar, o tal vez simplemente para parchar las partes que están rotas..
Trabajadora, puedo reconstruir lo que otros rompen las veces que sea necesario hasta poder lograr lo que quiero.
Y tal como estas, de los millones de arañas, sólo unas pocas son realmente venenosas, creo que mi veneno no alcanza para matar a alguien, solamente para herirlo, en caso necesario.
Y tengo muchas patas, para nunca cansarme cuando tenga que correr, para alcanzar las cosas que quiero, y por sobretodo, para siempre poder dar una mano.
Tal como una araña, muchas veces incomprendidas, trepo, pero solamente por mi telaraña.
Y de esta misma manera, veo oportunidades donde otros no las ven.
Y siempre, pero siempre, creo que no hay mejor caída que en la que yo me dejo caer.
El resto, es cosa de arañas.
 
miércoles, octubre 03, 2007
Posteado por Libelula a las 1:04 a. m.


A todos aquellos que de alguna u otra manera me hicieron daño: Me hicieron más fuerte.
A todos aquellos que se burlaron de mis defectos y debilidades: Me hicieron cambiar.
A todos aquellos que me mostraron las cosas que hacía mal y me enseñaron a hacerlas bien: Me enseñaron la humildad.
A todos aquellos que no me dejaron terminar mis frases: Me enseñaron lo importante que es escuchar.
A todos aquellos que me demostraron su amor: Me enseñaron lo importante que es sentir.
A todos aquellos que de alguna manera u otra me golpearon: Le enseñaron a mi piel a ser más firme.
A todos aquellos que se rienon de mí y conmigo: Me demostraron todo lo que puede construir y destruir la risa.
A todos aquellos que temen a las aventuras: Me enseñaron lo importante que es arriesgarse.
A todos aquellos que ocuparon su tiempo enseñándome: Me hicieron ver lo importante que es aprender de todo en esta vida.
A todas las piedras que se pusieron en mi camino: Me han enseñado que cada caída es importante, saber levantarse, y mejor aún, a valorar los caminos sin piedras.
A todos aquellos que no quisieron entregarme parte de su tiempo: Me demostraron que no es importante el tiempo en sí, sino lo que se hace con él.
A todos aquellos que me visitan: Me hacen feliz al ver sus ojos reflejarse en los míos.
A todos aquellos que me ignoraron: me enseñaron la importancia de sentirse apreciado.
A todos los egoístas: Me hicieron ver lo importante que es compartir.
A todos aquellos que han muerto: me demostraron lo importante que es la vida.
A aquellas personas que me enseñaron a rezar: Me enseñaron a creer.
A todos aquellos que se fueron: Me hicieron saber lo importante que es estar.
A todos aquellos que dedican unos minutos en leerme: Demuestran cada vez lo importante que se me hace la opinión de otras personas.
A todos aquellos que creen entenderme: Me hacer creer en las buenas intenciones.
A todos aquellos que me han mentido: Hacen que cada vez valore más la verdad.
A todos aquellos que no miran: Me demuestran lo importante que es observar.
A todos aquellos que quisieron mostrarme la más horrible realidad: Hacen que cada día ame más la fantasía.
A quién rompió mi corazón: Me enseñó lo importante que es el amor.
A aquellos que de una manera u otra han influído en mí: Me demuestran que cada persona deja su huella en otra.
A todos aquellos que me robaron: Me han hecho ver que más importante que tener, es sentir.
A todos aquellos que me han hecho sonreír: Me han dado momentos para recordar cuando la pena se avecina.
A todos aquellos que se han olvidado de mí: Me enseñaron lo importante que es recordar.
A todos aquellos que me han gritado: Me han enseñado a callar.
A todos aquellos que creen que la vida ha perdido su sabor: Me ayudan a sentir y saborear cada día mi vida.
A todos aquellos olvidaron imaginar: Hacen que cada día, yo lo haga por ellos.
A todos aquellos que temen a la vida: Hacen -no que quiera enfrentarla- sino vivirla.

Gracias.

Libélula.