Alguién que esté acostumbrado a hacer las cosas bien, las hará siempre igual. Alguien que lo hace por fingir, se aburrirá al poco tiempo.
Y resulta que escarbando en las conductas que me rodean, me doy cuenta que las personas conocen palabras pero no las aplican para mejorar sus vidas.
Podría nombrar miles, pero me quedaré con dos.
Eficiente y eficaz.
Eficaz: Lograr cumplir los objetivos.
La gente, en estos "tiempos modernos" se conforma con ser eficaz. Pasar raspando. Hacer las cosas simplemente para que queden hechas y no para quedar conformes con lo que dieron. O como dijo Coco Legrand en su última presentación en Viña del Mar "Para que hacer las cosas bien si se pueden hacer como las pelotas?"
De esta manera, los resultados son mediocres.
Muchas veces me doy cuenta que el dicho "Si quieres que algo salga bien, hazlo tu mismo", a pocas personas les llega.
Porqué cada día está más aceptado tener rendimientos mediocres a tener rendimientos sobresalientes?
Dar lo mínimo en vez de lo máximo.
Siento que las personas no están acostumbradas a reconocer cuando las cosas están bien hechas. Y el reconocimiento mueve al mundo. Nuestro ego necesita ser alimentado día a día para sobrevivir, y la mejor manera es que reconozcan nuestros actos. Estoy segura que si alguna vez hacen las cosas bien, y se les reconoce, esta acción puede tener múltiples réplicas a travez del tiempo.
La invitación es -entonces- a desarrollar potenciales y a hacer las cosas como si nadie más las pudiese hacer bien.
"Dale un pez a un hombre y comerá un día; enséñale a pescar y comerá siempre."
Hay que darse el tiempo de enseñar al que no sabe, de reconocer al que hace bien las cosas, y por supuesto, castigar al que las hace de una forma mediocre, "sólo por cumplir".
Creo, que es única forma forma de construir una sociedad mejor es empezar por uno mismo.
Haciendo las cosas de la mejor manera posible y reconociendo los logros de los demás.