
Cuantas veces cuando pequeña me quedaba maravillada con historias llenas de suspenso y encanto, leídas por mi madre en alguna hora de la tarde.
El final en común de estas historias es el "..Y vivieron felices para siempre".
Claro, ahora ya más crecida (pues me niego a decir que dejé de ser niña) veo las historias con otros ojos.
Ahora las releo en alguna página de internet, y veo cuanto de esa historia podría ser real y cuanto mentira en la vida. Y sorprendida (nunca engañada) me doy cuenta que es mucho menos de lo que quisiera.
Cuentas veces soñé yo misma con un final de cuento o película romántica para mí.
Conocer a la persona indicada y que los días por muy grises que fuesen estuviesen bañados con una calidez indescriptible.
No es para mí que suene tu canción favorita mientras lo ves venir hacia tí, sino es algo más aún, es decir las palabras adecuadas y tener las acciones justas en los momentos precisos.
Claro, tal vez tanta historia trastornó mi mente y creí demasiado en ella.. pero cuando pequeña en que más podía creer si no conocía ni el amor ni la vida?
Es culpa, entonces, de los cuentos que cada mujer sueñe con la llegada de su principe azul que viene a rescatarla de lo más insignificante?
Es culpa, entonces, que pocos-cada día menos- hombres busquen una princesa para ser rescatada?
Es que claro, con la modernidad, cada vez tenemos más "princesas" autosuficientes que no necesitan la ayuda de un caballero, y de esta misma manera, impedimos a los nobles caballeros demostrar sus nobles acciones.
Tanto cuento me habrá trastornado?
Estaré buscando en las páginas equivocadas?
Me habrán contado las historias erradas?
O es que acaso el mundo del que me han contado si existe en algún lugar?.
Segunda Lectura