
Usualmente me veo rodeada de personas que creen que sí lo es.
Si les dices que te duele algo, a ellos le duele mucho más.
Si dices que estás algo triste, pues ellos están por morir de depresión.
Hasta cuando se sigue con esas competencias absurdas y sin sentidos?
Es que acaso los humanos han perdido la capacidad de solamente escuchar sin tener que responder con algo peor como si fuese una competencia?
Tal vez nos hace falta cambiar el switch y comenzar a contar las cosas buenas que nos ocurren. Es cierto, cuando hablamos de las malas, estas comienzan a ser digeridas por nuestro estómago, pero y que hay de las buenas? Cuantas personas no saben cual ha sido el mejor momento de su vida, pero no titubean ni un segundo al nombrar todos los malos momentos?
Iremos en la dirección equivocada? Muchas veces me parece que sí.
Tal vez esa es la diferencia entre lo que necesitamos y lo que realmente hacemos.
Porque aunque ahora estámos más comunicados que nunca, nuestras fronteras psicológicas nos siguen separando.
La maldita competencia.
Qué importa si eres más? Si te sientes peor? No es una competencia. Eso no es algo que los otros debiesen saber, tal vez, precisamente, es lo que deberíamos cambiar en silencio, ya que el único que puede hacer cambios verdaderos y con sentido, en esta vida, es el propietario de cada una de ellas.
Y no esperar que el resto se lamente de nuestra "suerte".