At 03 octubre, 2007 01:52, Ronny Oviedo P.
No se exactamente como llegue hasta acá...pero igual debo felicitarte por tu disposición a dar gracias, como la GRAN VIOLETA cuando dio "Gracias a la Vida".
A mí no debes agradecerme nada pero yo a ti si, porque creo que reflexionare mas las acciones del resto...dare mas GRACIAS :D
saludos y Gracias Totales :)
At 03 octubre, 2007 03:25, Isabel Burriel
Eres como yo, capaz de dar las gracias sobre todo, a las cosas que parece que no habría que dárselas.
Es verdad que se aprende muuuucho de los reveses de la vida y de las pequeñas contrariedades.
Por otro lado, me encanta que des las gracias a lo que leemos tu blog, pero no hay porqué darlas. Es un placer.
Besos guapa
At 03 octubre, 2007 12:04, Jano
doy gracias por haberme topado con este blog ya que me di cuenta de que en cada post que escribes queda algo para hacerme refleccionar y me hace abrir los ojos cada vez que publica un tema aqui.
Me Haces ver la vida con otros ojos y a su vez a valorar desde los amigos hasta cualquier experiencia de vida.
Gacias Libelula
At 03 octubre, 2007 21:04, Enrique de Santiago
Yo opino que las gracias son reciprocas, como dicen antes, es un placer leerte, y que des la oportunidad de opinar sobre temas de reflexión. Pienso que los sitios se decantan en sus visitas, se va filtrando el pasajero, el inane, o el superfluo, ya que este sitio es para pensar, vivir, sensibilizar, conmover, por lo que me identifica, voy a opinar algo que creo, que en justa medida es una teoría en realidad, ya que nos gustaría escribir sobre tantos temas, que si tú no lo haces, los hago yo, y si ninguno de los dos, los escribe el de al lado, pero en resumen se forma una comunidad con intereses comunes, eso es muy bueno, y se notan en los links que se van gestando en torno a...
Un abrazo perpetuo para ti.
At 04 octubre, 2007 19:41, Pepe Grillo
De nada Fran,
T-R-E-M-E-N-D-O
Buen texto, mi buena libelula ¿De tu autoría? Lo encontré genial, me hizo recordar un tema metal de Hatebreed,dice algo como:
"Your doubt, it fuels me.
Your hate, it drives me.
The challenge ignites me.
You make me fight harder"...
En fin, siempre genial Libelula. Además valoro enormemente que te hayas dado la paja de leer mi largo artículo en supermacanudo.
PROMETO ELABORARTE UN POEMA EN LOBOTOMIA, como muestra de agradecimiento.
Por el momento, te comento que subi un nuevo poema...realmente indescriptible.
Un besote camarada
Cuiese
At 04 octubre, 2007 23:58, Nicole
Excelente. Me gusta mucho cómo escribes (la forma) y el contenido. Sin embargo, hay una idea con la que podría discrepar, si se malentiende. Se trata del endurecimiento ante el dolor.
Si bien es saludable cierto endurecimiento para soportar el sufrimiento y poder aprender de esas experiencias, suelo ver que la gente se excede con creces, transformándose ese fortalecimiento en algo dañino tanto para ellos como para los demás.
Dañino para ellos en tanto implique cerrarse a la experiencia, a correr riesgos, a sentir, a "hacer el loco", etc. Terminar viviendo una vida "sin penas ni glorias" (lo que en sí mismo es, para mí por lo menos, una gran pena)
A los demás, cuando esa resistencia al dolor se tranforma en indiferencia, crueldad, soledad, individualismo, egoísmo, aislamiento, falta de empatía, y quizá cuántas cosas más...
Recuerdo cuando leía a Goleman y en una parte decía que la empatía, sentir lo que el otro siente, es algo innato del ser humano y ponía de ejemplo un bebé que se conmovía con el llanto de otro bebé y llamaba a su mamá para que calmara a ese otro bebé... y luego me pregunto, ¡¿y entonces qué demonios nos pasó?!... no voy a detenerme en ejemplos, si me parece más que obvio que hace rato que uno no siente que haya preocupación real por lo que le pasa a los demás. "Cada quien se rasca la espalda con sus propias uñas". Y buscando una respuesta a ese "qué nos pasó" se encuentra uno con el endurecimiento, con tratar de aislarse de todo aquello que pueda resultar perturbador. Desde ver las plazas públicas desocupadas (aislamiento físico), hasta no ser capaz siquiera de mirar y conmoverse con la madre cartonera, con sus 3 pequeños hijos al hombro intentando ganar algo de dinero por sobrevivir...
Recuerdo y traigo a colación lo anterior porque en nuestra cultura suele ser algo muy valorado esa indiferencia, "la fortaleza" hasta el extremo de deshacer los vínculos entre nosotros, por no hacernos sufrir, y terminar sufriendo porque en realidad nos sentimos solos pues tomamos más distancia de la debida...
Cabe preguntarse hasta qué punto "endurecerse" sirve para evitar el sufrimiento, si un exceso podría provocar más sufrimiento aún...