
Una de las cosas más complicadas en la vida son las relaciones.
Desde que nacemos, hasta que morimos, estamos regidos por ellas día y noche.
Y más complicado aún, es mantenerlas en una sana armonía.
Por ahí leí una frase que me ha quedado en la cabeza por varios días.. "No es lo que París te da, es lo que no te quita". Y en las relaciones es igual. No es lo que alguien te da, es lo que no te quitan a cambio de aquello que te dan.
Las relaciones que más duran en el tiempo muchas veces no están basadas en 100% de amor, sino en un porcentaje bien variado de Honestidad, Confianza, Amor, Respeto y otras yerbas.
Para mí, en cualquier tipo de relación, lo que nunca puede estar a prueba es la Honestidad. Simplemente no puede. No y punto.
Sin honestidad.. no hay nada donde basar una relación, y esto sí que es el cimiento.
Sin honestidad, no hay confianza, sin confianza, no hay respeto, y sin respeto no hay amor... y podría seguir así enumerando cosas.. pero creo que es suficiente para entender el punto al que quiero llegar.
Y muchas veces, por un poco de amor propio, tenemos que exigir lo que merecemos, ni un poco menos, y ojalá que un poco de más.
Y no hablo sólo de las relaciones de pareja-amor.
Sino que en todas las relaciones que existen.
Y más aún en la Amistad.
Es por la misma razón que tenemos dos oídos y una sola boca.
Para escuchar el doble de lo que decimos.
Y en el mismo sentido, nuestro cerebro está casi dividido en dos, es decir, para que pensemos más de lo que actuamos, y entreguemos más de lo que recibimos.
Y finalmente, demos más de lo que quitamos.