Apagué la luz y ahí comenzó todo.
Lo que para mí empezaba como una noche más se convirtió en una batalla difícil de ganar.
Me encontraba en guerra con un zancudo, para ser más exacta con una zancuda.
Su maldito dzzzzzzz no me dejaba dormir, y aunque así lo hiciese, no quería ser comida para ella esta noche.
Comencé con mis tácticas:
Ataque Subterraneo: Taparse entero, intentar no morir asfixiado por la acumulación de dióxido de carbono bajo la sábana y dormir así.
Carnada Humana: Destaparse, de preferencia de un golpe para que el dióxido de carbono salga en una sola oleada, y esperar el momento oportuno para tirar el golpe de la muerte y dormir tranquila.
Prender una luz alejada: Bien se sabe que a las zancudas le gusta la luz, con un poco de suerte, irá hasta el foco, y podré cerrar la puerta y dormir.
Prender la luz de la pieza: Si no pudimos con ninguna de esas tácticas, comienza la cacería de verdad. Armada de un cojín, zapato, pantufla, polera, diario o revista, localizar el objetivo enemigo y atacar. Varios Intentos para amateurs.
Insecticida:Luego de todas esas cosas, si nada resulta, la última opción debe ser el insectisida. Hay que recordar que por su toxicidad, es inconveniente ya que en el mismo lugar de la batalla donde será aplicado queremos caer en los brazos de Morfeo.
Rejilla Eléctrica:(Eficacia no comprobada) Una luz azúl o violeta, que atrae y electrocuta a los enemigos voladores. Al parecer, las zancudas que me visitan son ciegas, o no les gustan las discotecas, ya que ni miran la luz y solamente se encargan de molestarme.
Lanzallamas: Materiales: Encendedor, desodorante en aerosol o similar. (Nunca comprobado) Luego de localizada la enemiga, rociar desodorante y prender el encendedor. (Efecto lanzallamas altamente inseguro y peligroso, tenga un extintor a mano)(Sólo profesionales)
Hay que recordar que los zancudos no pican, son sólo las hembras para compensar la fabricación de sus huevos... Tienen un sensor químico que les permite saber donde hay dióxido de carbono y el ácido láctico (el primero se exhala con la respiración y el segundo en la transpiración) y como si eso no fuese suficiente, tienen un sensor térmico con el cual saben donde nos estamos escondiendo.
Su maldito dzzzzz terminó luego que un cojín chocara con una de sus alas, provocando la desestabilización de la aeronave enemiga, que luego chocó con una muralla de concreto a una velocidad mortal (para ella, claro).
Etiquetas: Manual de Sobrevivencia