Posteado por Libelula a las 11:39 p. m.

La censura es el mal de nuestros tiempos.
Se ha visto como canales de televisión, gobiernos y otros van moldeando lo que podemos ver o hasta que punto podemos informarnos.
Sucedió en la protesta que hicieron cientos de monjes budistas en Birmania, lo cual se supo por pequeños grupos de turistas que hicieron traspasar la información desde ese lugar hacia el exterior.
Ahora, la censura llega a todos los confines.
Si antes YouTube era el espacio para ver todo lo que "no se vió" o no estaba muy permitido, ahora bajo la tutela de Google, se ha convertido en una fotografía con la superficie cubierta. Ellos ven y censuran lo que nosotros queremos ver.
Un claro ejemplo, vulgar y de muestra, el video de Britney Spears bailando un poquito "pasada de peso". Lo eliminaron en dos segundos.
Otro más, el cual me llevó a escribir esto, la Masacre en Jokela High School. Eliminaron los videos que realizó el autor de esta masacre, en los cuales salía disparándole a una manzana y otros en los que salía una fotografía del establecimiento y luego unas de él con un arma.
Me pregunto ¿Sirve de algo esta censura? Si vemos ese video, nos convertiremos en posibles asesinos?
Una cosa es el respeto por las personas y familiares de las víctimas.
Otro, muy distinto, es la censura.
Y si solamente en las páginas bajo la tutela "Google", encontramos este tipo de eliminación de videos (los videos todavía se pueden encontrar en internet) no será que de tanto evitar que veamos el sol, más ganas tengamos de hacerlo?
La censura es absurda, si la curiosidad es una enfermedad humana.
Y más aún, si ver o no ver el video, probablemente no cambie nuestra vida.
Tal vez se pueda evitar que otros niños "desacarriados" sigan el ejemplo de Pekka-Eric Auvinen, pero aún así, no creo que sea el medio eliminar un video.
Tal vez, deberían tratar el problema dentro de la casa y no afuera, en la red, como lo están haciendo.