Fotografía: Anden 69.
Detesto a aquellas personas que prometen y no cumplen.
Me detesto a mí muchas veces.
Detesto creer tanto en las personas, en creer en todo lo que me dicen, y que nunca sean más que palabras.
Detesto el sonido que hacen las moscas y los zancudos al volar, detesto una llave de agua que gotea, detesto muchas veces el ruido de mi mente.
Ayer salí lejos de mi casa.. lejos lejos por mucho tiempo.. y lo pasé increible.
Aunque hasta a mi me suene extraño así fue.
Canté así desgarrando la garganta a ver si se iba un poco el dolor de mierda que me acompaña algunos días.. no bailé, pero tenía ganas.. hace tiempo que tengo ganas de tantas cosas..
Tengo ganas de ir al mar -aunque odio la playa- y ver una puesta de sol tranquilamente y sin voces. Incluso en ese momento intentaría acallar mis propias voces para oír el silencio.
Tengo ganas de dejar de pensar por algunos momentos y solamente sentir.. tengo ganas de besar, abrazar, correr, reir, estar con mis amigos..
Tengo ganas de que mis días sean alumbrados por un sol distinto.. Y por sobre todas las cosas.. en las noches ya no quiero tener pena.
Quiero dejar todas las cosas que me hacen daño bien bien atrás, dejar todo aquello que no puedo comprender ni solucionar.. dejar atrás todo aquello que no puedo manejar.. necesito un poco de control.
Saber que quiero y como lo quiero. Y además de saber.. poder..
El conocimiento no sirve de nada cuando no va acompañado de una acción.
Ayer hice algo que me sorprendió millones. Y estoy tan contenta de haberlo hecho, por que incluso si no hay acciones que lo acompañen, las hubieron.
Y adoré sentir aquella emoción, y aquel olor en mi pelo.
Me sentí como una niñita pidiendo el algodón dulce más grande.
Adoré mil cosas.. pero por sobre todo.. adoré como hablaba del amor y de la familia.
Como si realmente creyera en él...
Chicos como él deberían enseñarle al resto..
Pero bueno, eso es harina de otro saco.
Que frase más cierta aquella que alguien me dijo... "Los hombres son como los baños públicos; o están ocupados o estan malos"
Toda la razón para variar.
Estoy cansada de esperar, de sentir, de pensar, de ser tan buena niña.
Por qué será que los que son mis amigos son los que creen en el amor?
Por qué será que lo que yo necesito es que alguien realmente se la juegue por mí?
Tal vez soy muy complicada, y como no me entiendo yo, nadie más lo hace.
Sólo algunos pocos saben como pienso, y pocos de ellos completan mis frases.
Entonces, para esos pocos "aquellos", un tremendo abrazo (que realmente necesito) y un millón de gracias a: Cristóbal, Gonzalo e Ivan.
Aquellos que han demostrado estar ahí en el momento preciso.
Aquellos que me han demostrado tantas cosas.
Que han compartido tanto (incluso ese mail hermoso, con el cual comencé a esperar a que algún día, algún hombre me escriba algo tan hermoso como aquello...)
Aquellos que quiero como mis amigos.
Y aquellos que escuchan o leen las locuras hice, que hago, y que estoy dispuesta a hacer.